"Amad, amad a Dios y a los hombres, que el amor es el nuevo nombre de la rebelión contra el mal. Amad la verdad que se nos ha manisfestado en Cristo, que este es el modo cristiano de rebelarse con las tinieblas del error".
La Obra Bien Hecha
<<Como es natural, me tocó ser destinatario inmediato de su cariño. Don Álvaro estaba también en las cosas más sencillas de la vida. Su mirada atenta se fijaba en menudencias que pasaban inadvertidas a los demás. A comienzos de agosto de 1988, en el contexto de una broma sobre mi ostensible sueño matutino, comenté en el desayuno que, cuando me fui a afeitar, se cortó el agua caliente, y tuve que enjabonarme con la fría; al terminar, volví a abrir el grifo de agua caliente para lavarme la cara -mi piloto automático pensaba que seguiría estando fría-, y tuve que cambiar otra vez de grifo, porque casi ardía. Lo contaba pensando que era un despiste mío, y así lo entendieron todos. Pero don Álvaro me preguntó, como el que no quiere la cosa, a qué hora me afeitaba. Hice el cálculo como pude, y contesté que a las siete y diez.
"-Debo de ser yo", comentó.
Al día siguiente, en el desayuno, don Álvaro se interesó de nuevo por el agua. Había funcionado con normalidad. Y entonces concluyó:"-Efectivamente, era yo". Había comprobado que mi horario coincidía con los minutos en que, justo en el piso inferior de una casa de comienzos de siglo, llenaba la bañera con agua caliente, de acuerdo con lo que le habían recomendado por entonces los médicos. No dejó de abrumarme que anticipase su aseo matutino, para facilitar mi afeitado.>>
- EXTRACTO DE: Salvador Bernal, Recuerdo de Álvaro del Portillo, Prelado del Opus Dei,Rialp, Madrid, 1996 pp. 156-169.
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